Localidades de la Ruta SurOeste de los Valles Calchaquíes - Salta

Flanqueada por ríos y dentro de un cinturón de viñedos, se alza Cafayate con sus casas de una planta entre colonial y barroco del fin de siglo XIX.

Situada a 186 kilómetros de la ciudad de Salta.

Tiene una población de 9200 habitantes.

La ciudad está bordeada por una alameda y más allá se ven los viñedos de cepa torrontés. Su amplia plaza céntrica, tiene al oeste la iglesia parroquial y el edificio municipal.

El verano en Cafayate se convierte en sinónimo de algarabía y juventud.
En febrero tiene lugar la famosa “Serenata Cafayateña", tradicional festival folklórico de gran convocatoria, del que participan figuras de renombre nacional. Hay exposiciones de artesanías, comidas regionales, peñas y boliches. Estos sitios de recreación se encuentran abiertos todo el año atendiendo a los locales y al cada vez más creciente número de viajeros internacionales.

Cafayate y sus alrededores son reconocidas por sus artistas, así como por la calidad y belleza de sus artesanías.

Consultando previamente se pueden visitar los talleres artesanales de tejidos, cerámica y cestería.

La fábrica de cerámica Cristofani, es famosa por su producción artesanal de enormes tinajas de hasta 1,80 m de alto, recorrer el taller guiado por su dueña es una experiencia interesante.

También se pueden realizar visitas al Museo Arqueológico Calchaquí, Rodolfo de Bravo, atendido por su viuda. Su colección se divide en valiosas piezas de origen prehispánico como aquellas pertenecientes a las culturas La Candelaria, Santa María y otras del periodo colonial, con objetos y utensilios domésticos que remontan a los usos y costumbres del Virreinato hasta el siglo XIX.

Muy cerca de allí podrá visitar el Museo de la Vid y el Vino, instalado en una antigua bodega, exhibe máquinas y herramientas utilizadas antiguamente para la elaboración el vino.

Las bodegas más tradicionales son: Etchart (desde 1850), Finca Michel Torino, Bodega La Rosa, Domingo Hermanos.

Es otro bello lugar de viñedos, a escasos km de Cafayate; cuenta con un lago con exuberancia vegetal y vestigios arqueológicos. Un pueblo aborigen fué recientemente reconstruido en esas tierras, donde ahora habitan cerca de 15 familias descendientes de los pobladores originales

También se pueden realizar caminatas al río Colorado, travesías en bicicleta, caminar por el pueblo, recorriendo los tantos locales de productos artesanales que ofrecen desde tejidos, cerámica, cestería hasta instrumentos musicales y las tentadoras masitas de dulce de cayote;

Visitar La Cascada; La Cueva del Suri y el Molino de Piedra, realizar cabalgatas, trekking. A través de 5 Kms. de senda se arriba a San Isidro, donde pueden apreciarse cuevas con antiguas pinturas rupestres.

Poco antes de llegar a Animaná, se halla el camino que conduce a San Antonio, lugar donde existen pinturas rupestres y a Los Médanos o Dunas, pequeños arenales blancos con composición de mica calcárea (mineral), que seduce a los viajeros por las caprichosas figuras que forma el viento, sobre todo cuando se camina a la luz de la luna.

Pequeña población que conserva petroglifos y ruinas de un pueblo fortificado que data de tiempos precolombinos. Posee una importante bodega de vinos de excelente factura.

A 24 km. al norte de Cafayate, se encuentra esta antigua población con amplias viviendas coloniales y calles angostas. Allí se fundaron varias ciudades que destruyeron los indios. Los jesuitas establecieron la Misión de San Carlos, que dio origen al actual pueblo. Localidad que otrora fuera, gracias a su progreso comercial, hoy casi imperceptible, uno de los candidatos a ser capital provincial.

Se conserva la iglesia histórica de San Carlos Borromeo.

Una alternativa divertida es alquilar una bicicleta para dar un paseo por los alrededores, donde se destacan la cascada de Celia, situada a 3 km. al norte (caída de agua artificial en el canal de los sauces, rodeada de álamos). Peñas Blancas, a 5 km, donde existía un cementerio indígena.

Poco antes de llegar a Animaná, pequeño poblado reconocido por sus bodegas familiares, se halla el camino que conduce a este lugar donde existen pinturas rupestres de San Antonio. Los vinos "pateros" de Animaná, de producción casera y limitada tienen fama de ser un elixir.