Platería Tradicional Criolla
Técnicas, punzones y plateros
La platería tradicional criolla es uno de los símbolos mas importantes de la argentinidad.
Nuestro país tiene una relación directa con este preciado metal, precisamente en latín Plata se dice "Argentum", y de esa palabra surgió el nombre Argentina / argentino.
Los Conquistadores que arribaron a estas tierras sustituyeron la denominación Mar Dulce, dada por Juan Díaz de Solís, descubridor de este ancho cauce y sus tierras en el año 1516, por la de su nombre actual, Río de La Plata, pues creían que por él se llegaba a las regiones donde abundaban los metales preciosos.
Cuentan los cronistas españoles que los indios "Pampa" adornaban a sus esposas con collares y pulseras de Lighen (en araucano Plata), entre otras piezas utilizaban "topus" (prendedores de plata generalmente con un extremo circular y una larga aguja), para sujetar sus ponchos.
En la zona cordillerana de Argentina se daba la explotación minera de este metal. A fines del siglo XVlI los plateros de la época eran contratados para labrar objetos relacionados con liturgia.
En épocas de la colonia, las familias de la alta sociedad utilizaban: mates, calderas, bandejas, cubiertos y otras piezas realizadas en plata.
El paisanaje utilizó este material, de forma ornamental, en los frentes de los lomillos, rebenques, cuchillos, rastras, copas de freno.
Todo, desde aperos para el caballo, fustas, espuelas y demás accesorios para jinetes, el facón (cuchillo gaucho), o pavas, mates y bombillas, realizados en plata cincelada artesanalmente con el estilo de nuestra pampa, identifican al espíritu criollo.
Punzones destacados
El nombre del primer orfebre llegado al Río de la Plata es Juan Velázquez, integrante de la expedición del adelantado Pedro de Mendoza, de quien se sabe desarrolló su actividad en estas tierras hacia 1553.Durante la primera mitad del siglo XVII Buenos Aires se fue convirtiendo en un centro de interés para artesanos y comerciantes, y hacia el siglo XVIII se registran los primeros talleres de plateros, coincidentemente con una mayor presencia de europeos, además de los ya instalados plateros portugueses, comienzan abrir talleres especialmente italianos que introducen nuevos modelos y métodos para el labrado de metales.
El oficio estaba regulado por el gremio, con un sistema jerárquico, y había muchas restricciones para ejercerlo. Con la llegada de la Revolución y la independencia de España, por las ideas liberales de la época, desaparece el gremio y se permite ejercer el oficio a quien lo solicitase, pero a su vez, el ingreso de objetos ingleses y de otras partes de Europa crea una nueva competencia entre los diferentes talleres.
Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas la platería rioplatense tiene un auge debido al proteccionismo de la industria local, la abundancia de metal, el control del contrabando y el incentivo del Estado.
Esto favoreció a los lomillos - especializados en monturas- que recibieron encargos del ejército, y a los plateros rurales que realizaban piezas del apero no sólo apreciadas por el paisanaje sino también por los caciques pampas.
Después de la batalla de Caseros (1852) se introducen masivamente técnicas mecánicas que modifican el lenguaje estético criollo con formas híbridas importadas desde Europa a través del flujo constante de inmigrantes.
A diferencia de otras platerías americanas, mas recargadas, el trabajo de los orfebres rioplatenses se caracteriza por los fondos despojados, formas lisas y sencillas con pequeñas molduras muy trabajadas.
Rica en influencias y talentos, la orfebrería argentina es considerada una de las mejores, suma la tradición prehispánica andina y pampa al aporte de los grandes punzones del centro de Europa que llegaron a estas tierras.
Así se ha hecho posible la historia de este oficio, llegando hasta nuestros días con el afán de perdurar. En Argentina se vinculó a los usos y costumbres, la religiosidad, el arte ecuestre, el gaucho y campo.
Las tres expresiones de la platería rioplatense se clasifican en:
- • Platería civil
- • Platería religiosa
- • Platería de Campaña
Técnica de la platería tradicional criolla
El trabajo artesanal de cada producto es completo. Comienza con las pepitas de plata mil (en estado puro) y termina cuando la pieza está lista para usar.Primero se funde la plata, se hacen lingotes, luego se lamina, se crea el diseño para después cincelarlo y por último se suelda y se pule.
Generalmente se trabaja sobre pequeñas láminas de plata que después se sueldan y encastran como si fuera un rompecabezas.
El cincelado particularmente, requiere de mucha habilidad.
Cada artesanía lleva un trabajo diferente. Por ejemplo, el proceso que hace que los mates adquieran su forma redonda se denomina batido a martillo.
Se hacen dos semi-esferas y después se sueldan. Las bombillas también requieren un tratamiento especial.
Con las láminas de plata se hace un caño y luego se pasa por la "trafila" sobre una superficie de madera llamada banco para estirar.
La trafila es una plancha con círculos de diferentes diámetros.
Se coloca el caño de plata en el hoyo del diámetro indicado y con una pinza especial, que se acciona con una manija, se estira para que quede una circunferencia perfecta.
Un mate de aproximadamente un kilo de plata 900 (tras la aleación con el cobre) completamente trabajado, con salvilla (el plato base) y bombilla puede insumir 15 días de trabajo.
Colecciones, exhibiciones y museos de platería
Son imperdibles las colecciones de platería criolla, ecuestre y mates de plata firmados por grandes nombres del Museo de Arte Popular José Hernández.La magnífica colección de platería colonial, y religiosa perteneciente al Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco.
Platería alto peruana, rioplatense y gauchesca del Museo Histórico de la Ciudad, Cornelio Saavedra, todos ellos en la ciudad de Buenos Aires.
Allí se puede visitar el Museo Las Lilas, con exposiciones temporarias, y la que fuera casa del escritor Ricardo Güiraldes, hoy museo, que alberga una de las mejores colecciones de este arte popular argentino. El estilo de Areco es sencillo, despojado de ornamentos, pero con detalles muy finos a diferencia del estilo de Olavarría, otro de los lugares que ha sido cuna de grandes plateros, que es mas barroco y fastuoso.
Las provincias de Salta, Tucumán, jujuy y Corrientes tienen también una gran tradición de platería, en el caso de las del Noroeste con gran influencia alto-peruana, y las del litoral con influencia jesuítica.
Hacedores de piezas únicas, dentro de los principales referentes de nuestra platería criolla en la actualidad, podemos destacar a Pallarols, quien ha hecho los bastones presidenciales de varios presidentes de la República Argentina, Juan José Dragui gran maestro de San Antonio de Areco, Armando Ferreira, fundador de la escuela de platería de Olavarría, Emilio Patarca maestro que tiene su escuela en Buenos Aires, José María Cuenca, especializa en platería de campaña, Alberto Calatrava son algunos de los maestros mas destacados, así como otros plateros contemporáneos como Carlos Daniel Pallarols, Angel Papasidero, Miguel Bannon, Gustavo Stagnaro, Miguel Angel Rigacci, elaboran piezas por encargo como obsequios para dignatarios de otros paises y autoridades eclesiásticas. Sus talleres generalmente son abiertos y pueden visitarse con una cita previa.
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